Lo raro aquí es: Cuando son "delincuentes" la noticia es "presunto asesino" "presunto sicario" etc. En esta ocasión si dicen que son maestros.
CHILPANCINGO, Gro. (apro).- Luego de los actos vandálicos registrados durante la protesta magisterial, el gobierno estatal, en voz del secretario de Gobierno, Humberto Salgado Gómez, denunció la puesta en marcha de una provocación con el objetivo de obligar a las autoridades a reprimir a los inconformes, algo que no ocurrió.
Por la mañana, los dirigentes del magisterio disidente, Gonzalo Juárez Ocampo y Minervino Morán, habían rechazado “en lo general” las reformas a la Ley de Educación estatal realizadas ayer por el Congreso local en el Centro de Convenciones de Acapulco, definida como sede alterna del Legislativo.
Los líderes de los maestros también condenaron la actitud asumida por los diputados locales postulados por la izquierda, y anunciaron la continuación del paro laboral, así como el plantón que mantienen en esta capital y las movilizaciones para rechazar la política del gobierno federal.
“En Guerrero se agotó la vía institucional para encauzar demandas sociales y desde este momento nos declaramos en desobediencia ante las reformas federales”, expresó el profesor Minervino Morán.
Durante más de tres horas, los inconformes protagonizaron disturbios en esta ciudad. En principio, destrozaron las sedes partidistas del PAN, Movimiento Ciudadano (MC), PRD y PRI; incluso, este último inmueble fue incendiado, al igual que las oficinas de la Contraloría Interna de la Secretaría de Educación estatal (SEG).
En los desmanes, donde imperó el caos y la anarquía, presuntos manifestantes encapuchados insultaron a reporteras y golpearon a varios trabajadores de medios de comunicación.
En respuesta, a las 19:51 horas, el gobernador Ángel Aguirre Rivero, desde su cuenta oficial de Twitter @angelaguirregro, anunció:
“Se liberaron ordenes de aprehensión en vs de Minervino Moran y Gonzalo Juarez,autores intelectuales de los actos vandalicos acontecidos hoy” (sic), en referencia a los dirigentes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG).
En franca contradicción con la postura del mandatario, el secretario de Gobierno, Humberto Salgado Gómez, deslindó a los profesores del magisterio disidente de los actos que calificó como “barbarie” y afirmó, sin presentar pruebas, que los responsables de los ataques a las sedes partidistas y oficinas de la SEG fueron “infiltrados”.
Durante una rueda de prensa, realizada cerca de las 18:00 horas en la residencia oficial Casa Guerrero, el funcionario justificó la incapacidad oficial frente a estos hechos al argumentar que decidieron no intervenir con la fuerza pública para contener los disturbios porque, afirmó nuevamente sin presentar pruebas, que tenían información que los manifestantes “portaban armas de fuego y bombas molotov.
“Seguramente ustedes se preguntarán por qué no se actuó en el momento mismo que se suscitaban los acontecimientos. Porque se trataba de una verdadera provocación, buscando un enfrentamiento con la policía para tener víctimas, por eso no nos íbamos a prestar a esa situación”, soltó Salgado Gómez.
Por la mañana, en conferencia de prensa realizada en la sede de la CETEG, el dirigente del magisterio disidente, Gonzalo Juárez Ocampo, calificó de “traidores” al bloque de diputados locales postulados por la izquierda –que hacen mayoría legislativa y quienes acordaron con el Movimiento Popular de Guerrero (MPG) impulsar la iniciativa elaborada por el magisterio disidente– por refrendar la propuesta presentada por el bloque encabezado por el PRI y apoyada por el gobernador.
No obstante, Juárez Ocampo dijo que fue “un logro” del MPG el hecho de que los diputados hayan avalado la gratuidad de la educación, al establecer que el sostenimiento de los planteles escolares es obligación de las autoridades estatales y federales, y no responsabilidad de los padres de familia.
En la misma conferencia, el vocero del movimiento magisterial, Minervino Morán, aclaró que la actuación de los diputados locales deja constancia de que en Guerrero no existe la división de poderes y que los representantes populares sólo responden a intereses de poder.
Luego, cerca del mediodía, un contingente de aproximadamente 3 mil integrantes de la CETEG, aglutinados ahora en el denominado Movimiento Popular Guerrerense (MPG), marcharon por las calles de esta capital y realizaron un mitin en la plaza central Primer Congreso de Anáhuac.
Inesperadamente, la manifestación llamada “del repudio” a la reforma se tornó violenta y decenas de inconformes, que encabezaban el contingente portando palos, tubos, piedras y resorteras, enfilaron hacia la sede estatal del PAN, ubicada sobre el andador Emiliano Zapata en el primer cuadro de esta ciudad, donde arremetieron contra del inmueble, rompiendo ventanales y destrozando equipo de cómputo, y oficina.
Luego, la turba se dirigió hacia las oficinas del partido Movimiento Ciudadano, ubicada sobre la calle Cristóbal Colón, también en el centro capitalino, donde destrozaron el lugar; luego, el contingente se dirigió hacia la sede estatal del PRD, ubicada sobre la calle Miguel Alemán, donde por segunda ocasión destruyeron el inmueble.
Poco después, la turba se dirigió hacia la sede estatal del PRI, donde la protesta se radicalizó: los manifestantes quemaron las oficinas del inmueble y el auditorio priista. En ese momento, los profesores cetegistas asumieron una actitud hostil en contra de los comunicadores que daban cobertura a la protesta.
Sin embargo, los manifestantes evitaron atacar la sede del Congreso, misma que estaba resguardada por decenas de policías estatales, y mejor optaron por enfilar hacia el sur de la capital y arremeter contra de las oficinas de la Contraloría Interna de la SEG, que se encuentra sobre la lateral del bulevar Vicente Guerrero, frente a los carriles centrales de la Autopista del Sol.
Estas oficinas también fueron incendiadas y, finalmente, los manifestantes se dirigieron a su campamento, ubicado sobre la calle Rufo Figueroa, al sur de esta capital.
Los disturbios del magisterio disidente prácticamente fueron la despedida de las movilizaciones en esta capital, ya que los profesores acodaron regresar de manera paulatina a sus comunidades para reunirse con padres de familia y acordar la nueva estrategia del movimiento popular guerrerense.
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