miércoles, enero 07, 2009

Accidente destruye parte de la estación Candela

Considerada una de las piezas arquitectónicas más significativas del noreste del país, la histórica terminal sufrió el derrumbe de parte de su fachada a causa de un percance ocurrido precisamente con un tren.
LA CONSTRUCCIÓN DATA DE 1911 Y FUE PUESTA EN MARCHA POR CARRANZA.

 
Fotos: Gustavo Mendoza Lemus
A UN LADO QUEDARON LOS RESTOS DE LA CAJA DE TRÁILER.

Un accidente en la vía de ferrocarril que conduce a Lampazos ocasionó un grave daño en la parte frontal de la antigua estación Candela, catalogada como Patrimonio del Estado y cuya primera piedra fue colocada por el ex presidente Venustiano Carranza en 1911.
El siniestro ocurrió el pasado 30 de noviembre, cuando la plataforma de un tráiler quedó atrapada en medio de las vías, lo que ocasionó que fuera arrastrada por el tren y que ésta arrasara con la parte frontal de la antigua estación.
“Los muros son de ladrillo, con varias capas, por eso resistió bien el impacto. Este tipo de daño, en cualquier otro caso, pudo haber sido muy significativo, sin embargo está tan bien construido que la loza del entre piso sostuvo la segunda plaza, incluso esta parte no presenta ni fisuras ni problemas estructurales”, determinó el director de obras del INAH Nuevo León, Benjamín Valdez Fernández.
La estación Candela cuenta con un estilo arquitectónico peculiar, pues aparenta un castillo medieval europeo, con almenas y troneras que servían para la defensa del edificio. En su interior cuenta con dos hornos, que alguna vez sirvieron para calentar los alimentos o para apaciguar los crudos inviernos del desierto; además, su herrería es completamente de forja, un proceso de elaboración común a comienzos del siglo XX.
Con el golpe que recibió el edificio quedaron esparcidos grandes bloques de ladrillos así como los marcos de las ventanas y las protecciones de herrerías que decoraban la entrada. Por el momento, la estructura del segundo piso quedó sostenida por gruesos barrotes, ante la falta del muro que se perdió en el accidente. Por otra parte, también se evidencia el robo de una placa conmemorativa así como de una escalera para acceder a la segunda planta.
Como las líneas férreas fueron cedidas a una empresa norteamericana, sería esta misma quien se encargaría de restaurar el daño.
“Corresponde a las cadenas de ferrocarriles, a ellos les toca recuperar el edificio aunque lo ideal sería plantear un uso porque el edificio esta en la zona suburbana y no cuenta con ninguna protección”, precisó el funcionario local.
A pesar de lo aparatoso del daño, el edificio se encuentra bien pues en la zona del golpe no se registran grietas ni fragmentación en los muros, elementos que pusieran en riesgo la estructura de su fachada.
“Digamos que en un 70 por ciento el edificio está bien”, mencionó Valdez Fernández después de una inspección previa.
El proceso para la restauración – según explica el especialistas– consistiría en apuntalar la zona donde se perdió el muro, recuperar los muros de ladrillos, “porque son tres muros”, restablecer las molduras y “elaborar nuevas molduras, porque ya falta una”.
El valor de la antigua estación Candela es único, pues además de que cumplirá 100 años el próximo 2011, “arquitectónicamente es una de las piezas más significativas en el noreste de México”.
Insisten en rescatar antiguas paradas
“Tenemos ocho estaciones de piedra tallada de muy buena calidad, pero de un estilo arquitectónico relevante, significativa, y la más representativa del estado es la de Candela”, expresó el director de obras del INAH, Benjamín Valdez Fernández.
La mayoría de estos inmuebles, algunos catalogados como Patrimonio de la Nación, se encuentran abandonados, sirviendo algunas como “una cantina, como sucede en Montemorelos”, por lo que es urgente contar con un plan de rescate para estos inmuebles.
“Hay que convertirlos en centros culturales, bibliotecas o que tengan un fin ciudadano, porque el abandono y el vandalismo van a terminar por destruirlas”, criticó el funcionario local.
Actualmente se han elaborado proyectos para el rescate de estaciones como la de Montemorelos, Linares, Marín o Villaldama. En 1996, el entonces presidente Ernesto Zedillo entregó en concesión la operación de los Ferrocarriles Nacionales de México, donde también se incluyen las antiguas estaciones.

Lampazos/Gustavo Mendoza Lemus