martes, julio 02, 2013

La primera batalla en Candela

La Línea del Tiempo


La revolución constitucionalista ya estaba en la mayor parte del país en junio de 1913, la actividad bélica de las numerosas partidas revolucionarias amenazaban seriamente al gobierno huertista. 

El general Huerta celebró un consejo de ministros para discutir el problema militar, reunión en donde renunció el ministro de guerra, el general Mondragón, reemplazándolo el general Aureliano Blanquet. 

Era una seria preocupación para su gobierno los focos revolucionarios en la parte norte de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, que encabezaba Venustiano Carranza y el que operaba en Sonora con el general Álvaro Obregón a la cabeza. 

El primero tenía más valor político que militar, no dejaba de ser una seria preocupación para el centro, por los avances que habían logrado. 

Huerta envió a combatirlos al general Maas, hijo, para que de Saltillo avanzase a Monclova, que en ese entonces era el cuartel de Carranza y también envió al joven brigadier Guillermo Rubio Navarrete, para que de Monterrey avanzara sobre Matamoros, Tamaulipas. 

En Coahuila se estaba combatiendo desde marzo de 1913 y los federales fortalecían cada vez más el número de sus soldados. El 26 de junio, los federales se enteraron que los carrancistas se preparaban para tomar Nuevo Laredo, ya que Jesús Carranza agrupaba en Candela efectivos provenientes de Piedras Negras, Monclova y Cuatrociénegas. 

El general Rubio Navarrete salió a hacerles frente desde Monterrey con 450 infantes, 320 jinetes 140 artilleros con 9 piezas de artillería y 4 ametralladoras. 

El 1 de julio, Rubio Navarrete estaba seguro que en Candela estaba una columna de 30 hombres, divididos en tres fracciones a mando del coronel Jesús Carranza, con avanzadas en Valladares y Bustamante. 

El ataque federal se inició la madrugada del 2 de julio sobre Candela, con una columna de las tres armas, teniendo al frente a Rubio Navarrete y José Alessio Robles, pronto se escuchó el rugir de los cañones federales, coreando el traqueteo de las cóconas, como le decían los constitucionalistas a las ametralladoras, arma de la que carecían. 

Jesús Carranza se da cuenta de lo inútil que era resistir y decide dar tiempo a la población de salir del pueblo para evitar las vejaciones y la muerte, ya que Candela era considerada como una de las poblaciones entusiastamente partidaria de la revolución constitucionalista. 

Mientras la batalla rugía en las afueras de Candela, a las 2 de la tarde las calles de la población habían quedado desiertas. 


(“Las Cosas de Coahuila”, columna periodística de Álvaro Canales).

Zocalo

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